lunes, 14 de diciembre de 2009

Por qué juegan los niños.

¿Por qué juegan los niños?


El juego constituye en el niño su actividad central. Hace activo lo que muchas veces sufre pasivamente.
El niño juega no sólo para repetir situaciones placenteras, sino también, para elaborar las que le resultaron dolorosas.

Al jugar, el niño exterioriza sus alegrías, miedos, angustias y es el juego el que le ofrece la posibilidad de elaborar, por ejemplo, los celos hacia un hermanito en el juego con un osito, al que a veces besa y a veces pega.
El juego le aporta una larga serie de experiencias que responden a las necesidades específicas de las etapas del desarrollo.

Durante el primer año de vida, por ejemplo, los intereses se centran en el chupar, morder, explorar los juguetes, hasta la aparición de los dientes.

Más adelante, el "jugar a la mamá o el papá", le permite identificarse con aspectos de ellos que contribuyen en la formación de la personalidad.

A medida que van creciendo comienzan a jugar con los juegos reglados donde se observa cómo pueden competir, si aceptan o no las reglas, cómo reaccionan frente al ganar o perder, etc.

Un niño que no juega nos hace pensar que algo que le está sucediendo, y si esta situación se repite frecuentemente se hace necesario una consulta.

Compartir el juego del niño es una manera de intercambiar con él, contenerlo, y volver a conectarse con una parte de niños que conservamos los adultos a través del tiempo.

¿Cómo juegan los niños?

El juego provee a los niños la oportunidad de hacer sentir su universo. Esto los ayuda a descubrir y desarrollar su propio cuerpo, descubrir a otros y desarrollar relaciones interpersonales para imitar papeles de la familia y descubrir nuevos modos de operar.

El juego le permite al niño conocer su mundo, descubrir su cuerpo, conocer a otras personas y relacionarse con estas, desarrollar vocabulario e imitar roles de adultos. El juego es un medio primordial en el aprendizaje de los niños de nivel preescolar.
Estudios han demostrado que el juego con un rango de funcionamiento psicológico incluye pensamiento creativo, solución de problemas, habilidades para aliviar tensiones y ansiedades, habilidad para adquirir nuevos entendimientos, habilidad para usar herramientas y desarrollo del lenguaje.

Rousseau enfatizaba la importancia del niño, desarrollando sus instintos naturales, estableciendo un juego de niños en su ocupación natural y que no sienta alguna diferencia. Él veía el aprendizaje de los niños llevándose a cabo a través de la libertad y espontaneidad que el juego provee.
Pestalozzi comenzó la primera educación al exterior, enfatizando que los niños deben continuar como lo hacían en el hogar, creía que el juego debía ser igual al juego del hogar encaminado a aprender.
Rousseau veía el juego como una forma libre y espontánea de aprender.
El juego tiene motivación intrínseca. Es disfrutable, flexible, escogido libremente. No es literal. Requiere actividad verbal, mental y física.
Krasnor & Pepler sugieren que el juego puro es una combinación de elementos. El juego del niño es simbólico (representando la realidad); significativo (experiencias relacionadas); activo (los niños están haciendo cosas); placentero (cuando se envuelven seriamente en una actividad); voluntario o intrínseco (motivado); los motivos son curiosidad, material, afiliación con reglas, expresado implícita o explícitamente, episódico, caracterizado por metas emergentes, cambiantes que los niños desarrollan espontáneamente.

El contenido del juego está influenciado por las experiencias de los niños y por el contexto en el que ellos se encuentran. El contexto puede incluir ambiente físico, tiempo, otros niños y adultos, culturas y expectativas.

Jean Piaget propone que el juego puede ser pura asimilación, pero su relación o predominio de su asimilación sobre la acomodación es lo que define una actividad como juego.
Dewey sugiere que el juego da prominencia o énfasis a una actividad sin mucha referencia a sus resultados. Bruner, Jolly & Silva, proponen que los niños usan invenciones en las reglas del juego en una forma creativa y generativa.
Brunner y Sherwood ven el juego como una oportunidad para practicar su rutina de conducta. Los niños cuando juegan están continuamente percibiendo, usando contrastes: un aspecto social, de aprendizaje.


El juego tiene un lugar particular en la Teoría de Piaget. Piaget escribió:

"El juego es una forma particularmente poderosa de actividad que tiene la vida social y la actividad constructiva del niño. Las funciones del juego difieren con la variación de edad cronológica. Muchas actividades del exterior e interior de los niños son determinadas por el equipo, espacio y superficie."

¿Cuánto tiempo dedica a sus hijos?

En este mundo de prisas, de apuros por ganar el dinero para vivir, los padres se olvidan de lo más valioso que les pueden otorgar a sus hijos: tiempo que pueden convivir con ellos. Tiempo para corregir, para educar, para adquirir hábitos, así como el tiempo que el niño requiere pasar con sus padres.

Alguna vez usted, mamá o papá se ha preguntado: ¿Qué le gustaría a mi hijo hacer hoy con nosotros?

¿Recuerda usted qué hacía con sus padres cuando era niño? ¿Qué era lo que más le gustaba compartir con ellos? ¿Cuántas veces deseó tan sólo que lo abrazaran o lo besaran?

¿Ha pensado usted, de las 24 horas del día, cuánto tiempo dedica realmente a sus hijos? Piense que brindarle un abrazo cariñoso a un niño, tan solo le restará cuatro o cinco segundos, de esos 86 mil 400 segundos que tiene un día, ¿Es mucho pedir?, ¿verdad que no?

El niño cuando es pequeño necesita sentirse amado y cerca de sus seres queridos, simplemente por ser un niño. Que no sólo lo quieran por sus logros, porque se porte bien y obtenga buenas calificaciones, sino tan solo por ser parte esencial e importante de la familia.

Recuerden que para ser un adulto sano y feliz, se debe haber sido un niño feliz, para poder amar y respetar a los demás, es importante haber sido amado y respetado de niño, para saber entregar nuestro tiempo a los demás, es necesario que de niño nuestros padres nos hayan entregado un poco de su tiempo... Pero no sólo como lo entendemos los adultos, sino como lo entiende el niño. A lo mejor para su hijo es importante que usted esté con él viendo en el televisor la serie de caricaturas que más le gusta, para su niña jugar a las muñecas, o incluso estar cerca de ustedes.

En esta sociedad, con crisis de valores, es necesario rescatar lo más valiosos que tenemos, como padres es responsabilidad la de crear un mundo mejor y de esperanza para los hijos, en el que ellos se sientan libres y creativos, para desarrollarse como personas.

¿Qué podemos hacer para que los hijos tengan deseos de prosperar y de salir adelante en la vida?

Transmitirles un espíritu de lucha, de trabajo constante, de confianza en sí mismos y esto solamente se adquiere cuando el niño se siente a gusto por ser niño, se siente querido y respetado por sus padres.

Pregunten a sus hijos ¿Qué es lo que quieren hacer?, ¿cómo quieren pasar el tiempo? No es con más dinero, no es con más juguetes, no es con más golosinas, sino simple y sencillamente con una parte de su tiempo.

A veces como padres de familia, se preocupan por la educación de los hijos, y ¿cuál es la mejor forma de aprender para un niño?, el ver y participar de las actividades de sus padres, imitar hábitos, si bien es importante que ambos padres se incorporen a las actividades de sus hijos, para el niño es todavía más importante el participar de las actividades cotidianas de sus padres y del hogar, pues para él es el mundo de sus padres y del cuál quiere formar parte.

Recuerde siempre ¡Que la calidad del tiempo que dedique a sus hijos, será el tesoro más valioso que ustedes le puedan otorgar!

Los Padres y los juguetes

A los padres es bueno enseñarles, no solamente juegos y actividades, sino también cómo usar los juguetes en el hogar.

En este sentido, pueden adaptarse las anteriores recomendaciones, a las cuales podemos añadir las siguientes:



Los hijos deben escoger libremente sus juguetes, por lo que los padres no deben imponerles sus propios gustos. Solo es aconsejable realizar alguna intervención cuando el niño o la niña seleccionan un juguete no adecuado para su edad y desarrollo.

Los padres deben dejar jugar a sus hijos con sus juguetes. Es frecuente que se le compre al hijo un juguete, y luego sea el padre o madre el que juegue con el objeto. Por otra parte, el juguete que se le compra al niño o niña es para su uso voluntario y no para tenerlo de exhibición. En más de una ocasión hemos conocido de casos en que la niña, por ejemplo, tiene una colección de muñecas con las que nunca ha jugado, pues los padres le han coartado su uso, porque "las rompen", o " ha costado mucho dinero".

Los padres han de saber que el juguete más costoso no es siempre el mejor, y han de preguntar a los educadores respecto a cuales adquirir para sus hijos. También en ocasiones se ve a padres que compran un juguete que les parece bonito, y que luego el hijo o hija no disfrutan, y dejan pasar por alto otro que realmente es fundamental para su desarrollo.

Aunque se redunde, los padres han de saber que el juguete no enseña a jugar, y que deben enseñar a sus hijos las acciones lúdicas, en una actividad conjunta plena de afectividad, paciencia y comprensión.

Los padres han de evitar en sus hijos la formación de una actitud consumista hacia los juguetes, y que no todo en la vida se puede tener.

Los progenitores a su vez han de enseñar a sus hijos a compartir sus juguetes con otros amiguitos, y posibilitar el contacto grupal de los mismos.

Padre y madre han de jugar indistintamente con sus hijos varones y hembras, y en ocasiones hacer de esto un evento que agrupe a toda su familia nuclear.

Al igual que con los educadores, muchas otras recomendaciones se podrían dar a los padres para el mejor uso de los juguetes con sus hijos, vayan estos pocos consejos como una entrada de los que han de tomar en cuenta en la educación de sus hijos.

Así, el juguete expresa su importancia como elemento que desarrolla la formación y educación de los niños y las niñas, y destacan sus enormes potencialidades para la estimulación de todas sus inteligencias.

El juguete y el desarrollo físico y psíquico del niño y la niña

Siempre que se comienza a tratar sobre las particularidades del juguete y sus efectos y relaciones con el desarrollo de los niños y niñas, invariablemente se correlacionan con la significación del juego, pues en dependencia de la misma es que generalmente se concibe la elaboración de dichos objetos.
Así, por ejemplo, J. Piaget establece una clasificación de los juegos que es ampliamente conocida, y en la que se especifican que estos pueden ser funcionales, de construcción, de reglas, de roles, y didácticos, si bien estos últimos no constituyen realmente una categoría en sí mismos, sino una que es extensible a las demás, concepto sobre el cual se ha de volver en un momento posterior.



Sobre la base de esta clasificación de los juegos se organiza a su vez una idéntica referente a los juguetes, y se habla entonces de juguetes funcionales, de construcción, de roles, reglas y didácticos, que tienen determinados contenidos, funciones educativas y patrones de acción, estrechamente relacionados con el desarrollo de los juegos a que se refieren, y que se materializan en tipos determinados de objetos que se supone gozan de estas propiedades. De esta manera el juguete aparece como algo sin significación en sí mismo como objeto de la realidad, y sus efectos sobre el desarrollo físico y psíquico se valoran solamente en sentido de lo que proporciona el juego como tal.

Esto, que en cierta medida es aceptable, limita, sin embargo, conocer verdaderamente las posibilidades del juguete para el desarrollo de los niños y niñas, pues solamente lo concreta a la situación del juego. Y si bien esta es la actividad más importante del niño y niña de edad preescolar, no es el único tipo de actividad que estos realizan, y en la cual, el juguete, como objeto de la realidad, también ejerce una acción estimulatoria sobre los distintos procesos y propiedades psíquicas, aunque no estén inmersos dentro de una actividad de juego propiamente dicha.


Por ejemplo, cuando el niño lactante manipula un objeto cualquiera, como puede ser una pelota (que generalmente se considera que es un juguete) y realiza varias acciones repetitivas con la misma, esto realmente no es un juego, ya que tales acciones se dirigen a conocer el objeto, sus particularidades y propiedades, y no a obtener un goce o disfrute con el mismo. A esta primera fase de la actividad con objetos es lo que se suele llamar como manipulación de objetos, y que siempre está dirigida al conocimiento de las características externas de los mismos.
Pero, no obstante, no está en una actividad propiamente de juego, sin embargo, dicho objeto (el juguete) ha propiciado una estimulación de diversos procesos y cualidades psíquicas, tales como la discriminación y diferenciación perceptual, la concentración de la atención, la generalización de relaciones, el razonamiento, en fin, ha tenido un efecto importante a los fines del desarrollo del niño o la niña.

Claro está, si esto también puede o no considerarse como juego en una discusión histórica dentro de la ciencia psicológica, algo que no va a ser objeto de análisis en el momento, lo importante es hacer notar que las posibilidades del juguete para el desarrollo no solo se circunscriben a la actividad de juego en sí misma, sino que van más allá, al conjunto de todas las actividades que el niño y la niña realizan en su transcurso evolutivo. Y que, por lo tanto, su estudio no solamente ha de hacerse en relación con sus posibilidades para concretar los objetivos del juego, sino de las más variadas actividades que los niños y niñas hacen, y consecuentemente, referidos a todas sus cualidades y procesos psíquicos y físicos. Y esto amplía, la viabilidad del juguete como medio para potenciar el desarrollo infantil.



De esta manera la finalidad de un juguete es estimular la actividad y la iniciativa de los niños y las niñas, posibilitando así que los más diversos procesos y cualidades psíquicas, así como las destrezas motrices, se desarrollen en relación con las particularidades intrínsecas de cada tipo de juguete y lo que este fundamentalmente promueve en cada acción psíquica o física.

Se remarca señalar el aspecto "fundamental" que cada tipo de juguete potencia, para destacar que en un mismo objeto-juguete están asentadas no solo la acción psíquica que constituyen su función principal, sino también otras sobre las que igualmente ejerce un efecto, aunque no sea tan destacado en algunos casos. En el caso de la pelota anteriormente mencionado, si bien es obvio suponer que su principal dirección sea activar la actividad motora gruesa y los movimientos finos de la mano para el agarre, también actúa sobre la percepción de la forma, la sensibilidad táctil, la discriminación visual, entre otras propiedades. Ello evita considerar a un tipo de juguete exclusivo para una determinada particularidad del desarrollo, sino que abarca un amplio rango de posibilidades de estimulación.



Un fin principal del juguete lo es también el ofrecer al niño y la niña la oportunidad de expresarse y poner en práctica las nuevas habilidades adquiridas en las sucesivas fases de su desarrollo normal, en particular en la etapa infantil en la que el juego es la actividad fundamental y parte consustancial del medio en el cual se educan, constituyendo el instrumento básico de su proceso educativo.

El juego: derecho de los niños

Podría decirse que el juego es casi un instinto con el que nacemos los seres humanos. En los primeros meses de vida el bebé juega con sus manos, las mira, las descubre y poco a poco entiende lo que puede hacer con ellas.

El juego es entonces la forma natural de incorporar a los niños en el medio que les rodea, de aprender, de relacionarse con los otros, de entender las normas de la sociedad a la cual pertenecen.

Un bebé con su sonajero descubre sonidos y movimientos, una niña con su rompecabezas se divierte mientras piensa, relaciona y capta. Así mismo, un adolescente con juegos como "Escondidijos" o de deportes como el fútbol o el baloncesto aprende la importancia del trabajo en equipo, el respeto al otro sea adversario o no y el acatamiento de normas en pro del entendimiento y la sana diversión.

Casi todos los padres le han comprado a su hijo o hija un cochecito o una muñeca a la que podrá darle vueltas o cambiarle la ropita. Estos juegos de hecho son importantes, pero a los padres se les ha olvidado incentivar en sus hijos el juego creativo y, más importante aún, compartido. Sentarse con los hijos a hacer figuras de plastilina, a pintar, a leer un cuento, a jugar a la "Lotería" o al "Parchís", o animarse a correr e inventar juegos que refuercen los lazos familiares.

El juego puede ser un fin porque proporciona diversión y esparcimiento pero también puede ser un medio para alcanzar un fin, y en ese sentido los padres pueden crear juegos para que sus hijos aprendan, por ejemplo, a recoger los juguetes después de jugar, despertarles el interés por algunos alimentos, enseñarles a lavarse los dientes y muchas cosas más.

Hemos mencionado aquí todas las ventajas que tiene el juego y, sin embargo, desde el sistema escolar se está presionando al niño para que cada vez, a más temprana edad, entre a una educación formal en la que el juego tiene escasa cabida. Detrás de estas medidas hay más un interés monetario que cualquier otra cosa y no sólo se minimiza el potencial del juego en el aprendizaje sino que también se está olvidando la importancia del juego en el desarrollo emocional y afectivo de los niños.

Un niño que juega es un niño que ama la vida, que entiende y tolera situaciones difíciles, que ama a quienes le rodean, es un niño que sonríe y es feliz.

El juego es un derecho que tiene todo niño y una oportunidad que tenemos los adultos de pasar un buen rato y de aprender de esa capacidad que tienen los niños de disfrutar y admirarse con las cosas simples. El juego es algo muy serio…

La creatividad y los juegos

Fomentando creatividad

La creatividad es la forma más libre de expresión propio, y para los niños, el proceso creativo es más importante que el producto terminado. No hay nada más satisfactorio para los niños que poder expresarse completamente y libremente. La habilidad de ser creativo ayuda a consolidar la salud emocional de sus niños. Todo lo que los niños necesitan para ser verdaderamente creativos es la libertad para comprometerse por completo al esfuerzo y convertir la actividad en la cual están trabajando en algo propio. Lo importante de recordar en cualquier actividad creativa es el proceso de la expresión propia. Las experiencias creativas ayudan a los niños a expresar y enfrentar sus sentimientos.

La creatividad también fomenta el crecimiento mental en niños porque provee oportunidades para ensayar nuevas ideas y probar nuevas formas de pensar y de solucionar problemas. Las actividades creativas ayudan a reconocer y a celebrar el aspecto único y la diversidad de sus niños así como también ofrecer oportunidades excelentes para individualizar sus actos como padre y enfocar en cada uno de sus niños.

Oportunidades para la creatividad

Para satisfacer la necesidad de sus hijos de ser creativos y de expresión propia, hay que asegurarse de proveer actividades basadas en sus intereses e ideas. Aprenda a escuchar atentamente lo que le están diciendo sus hijos. Ofrezcales un gran rango de materiales y de experiencias creativas: dibujar, pintar, la fotografía, la música, los viajes a los museos o parques zoológicos, trabajar la arcilla, el papel, la madera, el agua, las sombras y más. Dele a su hijo tiempo suficiente para explorar los materiales y para seguir sus ideas. No se olvide de darles tiempo de hablar de estas ideas con otra gente, tanto adultos como niños.

Variedades de experiencias

Buscan maneras de proveer experiencias multi-étnicas, multi-culturales y otras experiencias de la comunidad para los niños. Cuantas más experiencias con variedad que tengan los niños,el rango de su expresión creativa será más amplio. También cuantas más experiencias personales tengan los niños con otra gente y situaciones fuera de su propio ambiente, más material tendrán para incorporar en sus juegos.

Trampas de creatividad

Aunque entiendan y aprecien las ventajas de la expresión creativa, algunos padres y profesores tienen dificultades de animar tal expresión. Tal vez ellos mismos no se sienten creativos o están incómodos con los materiales.
Es mejor dejar que el niño explique su creación en vez de adivinar lo que es. Intente no juzgar, evaluar o comparar las expresiones creativas de sus hijos. Un poco de ayuda y dirección pueden ser convenientes, pero tengan cuidado de no interferir con las exploraciones creativas de sus niños.

Fomentando el Proceso Creativo

Para fomentar el proceso creativo, anime a sus hijos a tomar sus propias decisiones. Deles las oportunidades frecuentes y bastante tiempo para experimentar y explorar los materiales expresivos. Lo que sus niños aprenden y descubren de sí mismos durante el proceso creativo es lo más importante.
Demuestre su apoyo para el proceso creativo apreciando y ofreciendo apoyo para los esfuerzos de sus niños. La independencia y el control son componentes importantes en el proceso creativo. Esto es especialmente cierto cuando esta trabajando con los niños con pocas habilidades.

Los juegos creativos

Uno de los tipos más importantes de actividad creativa para los niños es el juego creativo.
El juego creativo se expresa cuando los niños utilizan materiales familiares en nuevas maneras o de formas poco usuales, y cuando los niños interpretan papeles y los juegos imaginativos.
Nada refuerza tanto el espíritu creativo y alimenta el alma de un niño como darle espacios grandes de tiempo durante el día para juegos espontáneos, inventados por los niños mismos.

Pero muchos padres subestiman el valor del juego en la vida de los niños, olvidándose de que los juegos fomentan el desarrollo físico, el mental y el social. Los juegos también ayudan a los niños a expresarse y a enfrentar sus sentimientos.

Evite de dominar los juegos.
Deben ser el resultado de las ideas de los niños y no dirigidos por el adulto.
Intente fomentar las capacidades de sus niños de expresarse a través de juego.
Intente ayudar a sus hijos basar sus juegos en sus propias inspiraciones, no las suyas. Su meta es estimular los juegos y animar la satisfacción de los niños jugando con otros o consigo mismos.
Preste atención al juego, planee para él, y anímelo. Aprenda como extender el juego de los niños con sus comentarios y preguntas. Intente estimular ideas creativas, animando a los niños a que creen nuevas formas de utilizar materiales. Intente mantenerse abierto a ideas nuevas y originales y animar a los niños a que busquen más de una solución o respuesta. Evite los juguetes y las actividades que explican todo a los niños y que no dejan nada a la imaginación.



Este enlace os puede ser de utilidad.
http://www.solohijos.com/cuentos/html/home.php
 
 
                                                                                                                   Un saludo,
                                                                                                                   La coordinadora.
                                                                                                                   Kety Salinas Sabio.

FELIZ NAVIDAD

Que esta Navidad sea de dicha, amor y felicidad para todas las Familias de todo el Mundo.
Que el Amor, la Paz y la Gloria de Dios reine en nuestros hogares y llene de bendiciones el Año Nuevo que está por empezar.

Escuela de Padres y Madres SAFA Alcalá La Real os desea:
                                                                                                             ¡Feliz Navidad!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

REFLEXIONES PARA PADRES

REFLEXIONES PARA PADRES.
ES MUY BONITO ESTE ENLACE.
UN SALUDO
Kety.

EDUCACION INFANTIL PARA PADRES

EDUCACION INFANTIL PARA PADRES.
Vista asi, parece todo mas fácil de lo que realmente es, pero lo cierto es que cuando le dedicamos un ratito a ver, compartir y analizar estas cosas, yo no se vosotros, pero me siento mejor y sobre todo cuando pongo a prueba algunas de estas ideas.
Un saludo.
Kety.

Necesitamos mas jueces con sentido común

Necesitamos más jueces con sentido común
Los padres, al traer a nuestros hijos al mundo, tenemos la obligación de convertirles, en personas que sepan apreciar a los demás por lo que son y luchen , minuto a minuto, por respetarlos


Necesitamos más jueces con sentido común
Es evidente que los padres, primeros responsables de la educación de nuestros hijos, necesitamos toda la ayuda que puedan ofrecernos los centros escolares, la administración educativa y, visto como está el patio, parece ser que también la judicial.

La semana pasada, la Audiencia de Sevilla condenó a la madre de un joven de 14 años a pagar 14.000 euros para la reconstrucción de la dentadura que su hijo rompió a un compañero de instituto. En el juicio la madre alegó que la responsabilidad era del centro educativo por no hacer "labores suficientes de vigilancia" de los alumnos. Pero según la sentencia, la causa es la "incorrecta educación" de los padres que "permiten o no se preocupan de controlar que sus hijos no lleven al centro escolar objetos que puedan resultar en sí mismo peligrosos", además de que "la brutalidad e intensidad" de la agresión evidencian "una falta de inculcación o asimilación de educación y moderación de costumbres en el agresor para la convivencia en valores".

Así pues, la "conducta violenta y excesiva significa que las tareas educativas ejercidas por los padres no han fructificado, bien por la laxitud a la hora de inculcarlas o bien por la tolerancia en corregir sus manifestaciones violentas", afirma la sentencia.

Se dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. Es más, podríamos añadir, no es este el caso, que muchas actuaciones judiciales no tienen sentido. Solo hay que ver lo que está pasando en Huelva con el asesino de MariLuz.

Pero menos mal, que existen excepciones que confirman la regla y son un soplo de aire fresco para los que esperamos tener la satisfacción de que la justicia aporte algo al acervo común.
Debe ser por esta razón, que Emilio Calatayud, Magistrado de Menores de Granada, ha saltado a la fama por emitir penas que favorecen una justicia que no sólo vela por los derechos de reinserción del menor, sino que apuesta por la posibilidad de cambio del ser humano.

Según este magistrado, “la sociedad actual ha perdido el norte. Ya que no ha interesado transmitir a los chavales que, además de derechos, también tienen deberes. Y los menores, son menores pero no tontos. Y lo que muchos están haciendo es un abuso de sus derechos y una dejadez de sus deberes”.

De tal manera que el problema fundamental es que muchos de nosotros “hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos” y nos hemos dejado en el camino el principio de autoridad que nos recuerda que esa misma autoridad, en este caso Estado-Padres-Profesorado, es la capacidad de orientar y dirigir con un propósito concreto, generalmente bueno, a los menores.

Una autoridad que disponga de atractivo suficiente como para motivar la obediencia y que nos ayude a tomar las decisiones correctas para ayudar a nuestros hijos a madurar . No vaya a tener razón el juez cuando afirma que “nos ha dado miedo hablar de autoridad y decir que no a los hijos porque parece que volvemos a tiempos pasados o al autoritarismo, pero no tiene nada que ver con eso. El principio de autoridad es un elemento fundamental en un estado democrático y de derecho”

Por lo tanto, es evidente que padres, profesores y administración nos estamos olvidando de transmitir cosas tan sencillas como que “los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres y que la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica”, como nos recuerda el Código Civil.

Es más, “los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre, además de, contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.”

En fin, no estaría mal que recordásemos que “el respeto es algo importante que te enseñan cuando eres pequeño”. Por ello, los padres, al traer a nuestros hijos al mundo, tenemos la obligación de convertirles, como mínimo, en personas que sepan apreciar a los demás por lo que son y luchen , minuto a minuto, por respetarlos, que sean responsables de sus actos y de las consecuencias, a veces lamentables, como es el caso.

Educar en la Infancia

EDUCAR EN LA INFANCIA.

De 4 a 6 años
A medida que los niños se van haciendo mayores, tendrán más capacidad para seguir las pautas y directrices marcadas por lospadres. De esta manera, les encantará poner en práctica su buena educación. Desde las guarderías, y centros infantiles también recibirán numerosas órdenes: hacer turnos, estar callados, lavarse las manos,… que deberán acatar con buenas y correctas normas de conducta.
Habla de ello
En el momento que las habilidades verbales del niño y su nivel de comprensión estén igualados, puedes hablarle del significado y la utilidad de los buenos modales; también le puedes preguntar sobre qué es lo que él considera de buena o mala educación.
Si en esta primera observación, consideras que existe alguna norma que el pequeño es incapaz de cumplir (por ejemplo, se levanta de la mesa antes de terminar de comer), procura hablarlo con él de la manera más natural posible para conseguir llegar a un acuerdo (”mientras acabamos el postre, puedes levantarte y ayudar a recoger la mesa”, por ejemplo).
Enseñar e inculcar los buenos modales a los niños es un proceso paulatino. Deberás ser paciente y ser consciente en todo momento de lo que tu hijo o hija es capaz de hacer dependiendo de su edad.
Sólo así, tu tiempo y tú paciencia se verán recompensados cada vez que diga “gracias” y se limpie con la servilleta antes de beber.
¿Severidad o firmeza? En la educación de los chicos
Les es difícil a muchos padres separar estas dos cosas


¿Severidad o firmeza? En la educación de los chicos
Pregunta que se hacen muchos padres.
Les es difícil a muchos padres separar estas dos cosas.

Aquellos que siempre son severos lo único que logran es crear en el chico rebeldía. Rebeldía que queda oculta en él cuando es chico, pero que al crecer se va manifestando.

La educación se logra siendo firmes en nuestras actitudes. Y en esto de mostrar firmeza en lo que queremos, no nos cansemos de buscar siempre el ser justos. Que nuestra actitud responda a una actitud de justicia.

No es necesaria la severidad. Uno puede rodear la firmeza con dulzura y serenidad. Nunca hay que dejar que florezca el nerviosismo en nosotros.
¡Cuántos son los padres que en un momento de nerviosidad y para que lo dejen tranquilo, dejan que el niño tome malos hábitos!
Y después seguramente sus malas costumbres serán motivo de castigo.

La firmeza previene el tener que actuar con severidad porque impide la aparición de los caprichos.

En los primeros años de vida de todo chico lo que más necesita es el cariño de sus padres y además que le den un espacio para jugar. El chico necesita jugar cuando más chico es.

La gran dificultad del hijo único es que no tiene con quien jugar. Una familia con varios hijos siempre se arman juegos entre ellos. El jugar es de una gran formación en los primeros años. Aún que haya peleas, por supuesto.

Hoy hay la costumbre de mandarlos desde chiquititos a la guardería o escuelas cuando solamente se tienen tres años y eso les hace un gran bien a los chicos.

Aprenden a tener amigos jugando. Y jugando también van aprendiendo cosas.

Yo tengo tres nietos de 3 a 6 años y he vivido en directo el bien que les hace a los chicos las nuevas costumbres de ir a jugar y aprender jugando a la escuela. ¡Hay que ver lo contentos que van a la escuela!

El niño desarrolla una actividad intensa en todos los aspectos de su ser, y así se va desarrollando, así va aprendiendo. Al dar los primeros pasos fue su primera gran aventura. Todo lo que le va sucediendo es una aventura. No nos acordamos, pero todos lo hemos vivido. Todos hemos sido aventureros en los primeros años.

Todo es dificultad: todo es un problema para él. De ahí su alegría cuando aprende a silbar, cuando aprende a decir sus primeras palabras, cuando logra subir una escalera y no le digo nada cuando se la rebusca para bajarla, porque tiene una noción, si ustedes quieren, borrosa de sus dificultades.

Su mundo es un mundo lleno de cosas que se van descubriendo.
Y es importante el aplauso de los adultos. Alabarlos y también hacerse participes de sus logros. De a ratos los mayores debemos volver a nuestra infancia. Nos hace bien y les hace bien. Ellos se alegran cuando los mayores nos metemos en su mundo.

Como padres responsables no podemos pensar que criar es lo mismo que educar. Es verdad que el hijo se lo debe alimentar, vestir, proteger e instruirlo, pero sólo eso no basta.

Hay que educar y formar. Principalmente formar. Formar es enseñarle lo que es bueno y lo que es malo. Lo que está bien y lo que no está bien.

¿Cómo hacerlo entender en la mente de un niño que todavía no tiene un nivel de razonamiento moral?

Jesús, que ha sido el mejor educador que el mundo ha tenido, nos dijo:
Haz a los demás lo que te gustaría que hagan contigo
No hagas a los otros lo que no te gustaría que te hagan a ti

Dos reglas de oro fáciles de entender, también para un chico. Con firmeza y suavidad hay que ir enseñándoles a practicarlas. Si de chicos las practican de grandes las seguirán practicando.

Lo bueno y lo malo existió siempre.
El hombre del mañana será como se haya formado el niño de hoy.

Celos entre hermanos

Celos entre hermanos
• Causas
• Como se manifiestan
• Pautas
• Corrección
• Conclusiones

El sentir celos es una situación natural, que tiende a surgir por sí misma. Los celos infantiles son uno de los problemas más antiguos de la humanidad. No hay que provocarlos. Los celos entre hermanos son un fenómeno natural consecuencia de la rivalidad que se establece entre ellos. ;Se les debe prestar atención cuando alteren la convivencia y sean persistentes.


La rivalidad está potenciada por:

La necesidad de atraer la atención de los padres o de tener más atención que otro u otros hermanos.


La comparación con el hermano y la necesidad de sentirse superior al otro.


El deseo de conseguir más cosas o privilegios que el hermano.

Los padres no pueden evitar los celos de sus hijos, ;ya que éstos dependen directamente de la propia capacidad de tolerancia y compresión de cada niño, de su !manera de ser!.


Lo que si pueden hacer es potenciar una relación sana entre hermanos y reducir discusiones hasta un nivel aceptable.


LAS CAUSAS


Surgen en un afán por tratar de conservar de manera exclusiva todo el afecto de uno o ambos progenitores. El niño quiere todo el afecto para él y no quiere compartirlo con nadie.

Cuando llega un nuevo integrante a la familia, el niño se siente !destronado! por este !intruso! que entra en su casa. Comienza a ver que se le da menos atención y cuidados que antes, que su mamá ya no tiene tanto tiempo para jugar ni estar con él, porque está más ocupada con el bebé o está cansada.

Otra causa importante se produce cuando los niños son más grandes y perciben en los padres ciertos favoritismos hacia algún hermano. Se relacionan mejor con él, hay mayor contacto y en esto influye el carácter que el niño tenga.

Cuando el niño no es visto como una persona con características propias y únicas puede provocar celos en él. Los padres no perciben las diferencias que hay entre los hijos y se refieren a ellos en forma similar y general: !niños a acostarse!, !niños a comer!, !para la Navidad el mismo regalo para todos!.


CÓMO SE MANIFIESTAN

El niño puede imitar conductas del bebé: se hace pis en la cama, pide que le den de comer con biberón, que le pongan pañales… Otros pueden volver a hablar de una forma más infantil, a chuparse el dedo, a exigir que su madre le devuelva su chupete, e incluso su lugar en una sillita de paseo y que le dé de comer a la boca otra vez.

Llama continuamente la atención: tiene rabietas, pataletas, se pelea con otros niños, hace travesuras.

Muestra desprecio hacia el bebé e incluso intenta dañarle. Se vuelven más desobedientes, más rebeldes, y más agresivos al punto de llegar a morder y/o golpear a su nuevo hermanito, quitándole los juguetes u otros objetos, molestándole en cuanto tenga una oportunidad.

Deja de comer, empeora en los estudios, tiene pesadillas.

Otros se vuelven llorones, y se pegan a la falda de la madre en el intento de llamar su atención y de no perderla. Se sienten débiles, cómo si ya nadie se importase con ellos. Se reprimen y se vuelven profundamente tristes.

Se niegan a comer, a jugar con los amigos, se niegan a todo, tomando una actitud rencorosa con sus seres queridos como forma de reprocharles por haber centrado su atención y cariño en el otro hermano.





Son reacciones normales de la crisis que está atravesando. Y no hay mucho que hacer en estos casos. Ni alarmarse por lo que hacen, ni regañarles. Esta es su protesta y hay que comprenderla con paciencia y muchísimo cariño. Sólo se debe prestar atención a los celos cuando alteren la convivencia y sean persistentes.


PAUTAS PARA ACTUAR





Durante el embarazo


Es importante que informen a su hijo sobre lo que va a ocurrir. De esta manera se adaptará a los acontecimientos con mayor facilidad. Es un buen momento para que le cuenten que su madre estará más cansada, qué significa tener un nuevo hermano y sobre todo, que no se le va a dejar de querer porque llegue otro miembro a la familia. El niño les hará preguntas sobre el tema. Esto es algo positivo, ya que sabrán cuáles son sus sentimientos y preocupaciones, y podrán ayudarle a resolver sus dudas. Esto no quiere decir que deban hablar continuamente sobre el tema.





Su hijo se ha de sentir partícipe de lo que está sucediendo; para ello pueden pedirle su opinión a la hora de buscar un nombre, dejarle que sienta las primeras patadas en el vientre de su madre, pedirle ayuda para cuando nazca el bebé.

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Para que no se sienta de lado y lejos de su protagonismo, pida su opinión sobre la habitación del hermanito, sobre los colores, los juguetes que él le dejará, etc. Hay que explicarle que su hermano va a quererle mucho y que él podrá cuidarle y protegerle. Y que además le enseñará muchísimas cosas.


Es necesario, a partir del quinto o sexto mes de embarazo, cuando ya se ve la tripa grande, que tu hijo empiece a comunicarse con su hermano a través del ombligo de la mamá. Pídale que cante su música favorita a su hermanito o que le cuente un cuento antes de dormir.





Cuando mamá está en la maternidad





Le han de explicar que, aunque su madre va a permanecer unos días en el hospital, él va a estar bien atendido y no se le va a abandonar.

Siempre que sea posible, la madre, antes de irse, debe despedirse de su niño. Y pedirle que cuide bien de la casa durante el tiempo que esté ella en el hospital. Conviene asegurar que la persona que le va a cuidar venga a vuestra casa. El niño se sentirá más seguro. No se debe olvidar de explicar al niño los motivos de algunas ausencias, y compartir con él todo lo que esta pasando. Aunque esté en el hospital, llámale por teléfono para preguntar sobre sus actividades. El papel del padre, en estos momentos, debe ser aún más visible. Y cuando sea posible, que el niño vaya a visitar a su madre y a conocer a su hermanito en el hospital. Un detalle importante: si puedes, ;es bueno que lo recibas con un regalo en el hospital, y dile que fue su nuevo hermanito que le ha traído.





Regreso a casa


El momento de la vuelta a casa es el que exige más tacto. Demuestre alegría al volver y encontrar todos juntos otra vez. Demuestre interés y escucha todo lo que el mayor cuente sobre los días que estuvo sin la madre en casa. Hágale saber que ahora la familia será aún más feliz. El niño necesitará de la seguridad y la confianza de sus padres.

Otra cosa es avisar a las visitas para que le presten atención a él y no sólo al recién nacido.


Es importante que no se cambie la rutina del niño tras el nacimiento del hermano. No olvidarse de las costumbres que tenías antes del otro bebé. Si hay que hacer un cambio, se debe hacerlo antes de que nazca el otro bebé. No olvides de jugar con el mayor, de estar en la mesa a la hora de comer, cenar, de prepararle su merienda preferida, de permitirle que se acurruque en tus brazos. Busca que el momento que tenías solo con él no se altere. Por ejemplo, no te olvides del cuento a la hora de dormir,... esas cosas.; Otra cosa importante es planificar las actividades familiares y tener muy en cuenta aquello de "Todos para uno y uno para todos". Que la familia sea un trabajo de equipo.

Es importante reforzarle cuando mantenga una actitud positiva hacia el pequeño; esto potenciará que este comportamiento se repita.




El niño está adquiriendo un nuevo papel en su vida: hermano mayor. Haga que se sienta orgulloso y responsable de este nuevo "puesto" permitiéndole hacer cosas "de mayores" y que se adecuen al mismo tiempo a su edad (por ejemplo, le pueden dejar que coma en la mesa con los adultos, que se acueste un poco más tarde, ....).





Una de las mayores rabietas entre hermanos viene dada cuando el pequeño rompe algún juguete del mayor. Evite esta situación no permitiendo que el bebé coja los juguetes de su hermano, a no ser que éste mismo sea quien se los deje.






Corrección de los Celos

¿Cómo participan los abuelos y demás familiares?

Con la misma estrategia que los padres frente al tema de celos, reafirmará la estrategia y se conseguirá entre todos disminuir la intensidad de los mismos.

NORMAS GENERALES

1) Evitar comparar a lo hijos respecto a sus cualidades o aptitudes, ya que la comparación favorece los celos.





2) No hay que hacer lo mismo para todos, ya que siempre resulta injusto puesto que cada hijo tiene sus propias necesidades.





3) Elogiar las cualidades de cada hijo y animarle a que corrija sus dificultades sin compararlo con los otros.





4) Favorecer que cada uno de ellos realice las actividades que más le gustan, potenciando de esta forma los intereses de cada uno .Aunque lo más cómodo es que hagan las mismas cosas, forzar actividades va en detrimento de su libertad. Cuando los niños han sido capaces de realizar tareas juntos o de jugar amistosamente hay que reforzar estas actitudes gratificándoles.





5) Enseñar a los niños a discutir adecuadamente sus conflictos, escuchando al otro y buscando soluciones a sus problemas, será ideal para que disminuyan los celos y crezcan como personas.

Desaciertos


- Adelantar acontecimientos: cuando va a nacer el hermano uno le dice al niño: !qué rico, vas a tener un hermano para jugar a la pelota!. Pero nace el bebé y el niño ve que lo único que hace es comer dormir y llorar y que le quita a la mamá. Uno ilusiona al niño pero él se desilusiona y se enoja con la mamá y la bebé


- Pedirle al hermano mayor que ceda ante las exigencias de un hermano pequeño: !pásale el juguete porque él es más chico que tú, para qué lo haces llorar!. A uno se le olvida que ese niño sigue siendo niño por mucho que sea el mayor, por lo tanto, le va a costar compartir sus cosas porque pasan muchos años en esta etapa egocéntrica


- Decirle al niño que tiene que querer al otro porque es su hermano: el cariño y amor se da con el tiempo y en forma gradual. No hay que presionarlo a que quiera a su hermano


- Preguntarle al niño continuamente si quiere al hermano: hay que evitarlo porque también es una manera de presionarlo


- Hacer crecer a los niños de golpe porque llegó otro hermano: sacar los pañales de un día para otro, sacarle el chupete y dárselo a la bebé, quitarle la mamadera y darle la leche en vaso De la noche a la mañana estos niños crecieron. Esto se hace gradualmente y anticipándose a la llegada del hermano.

;- Sobre valorar la capacidad afectiva del niño para arreglárselas solo: !ahora haces las tareas sólo, ya eres grande y tú las puedes hacer!.


- Ridiculizar a uno de los hermanos: hay que ser cuidadoso con lo que se dice para no herir al niño. Si los niños se ridiculizan entre ellos lo hacen con un afán de mostrarse mejor que el otro, y los padres tienen que tratar de evitar esas situaciones tratando de hacer ver que cada uno tiene sus potencialidades


- Pedir al mayor que represente el papel de !modelo! para sus hermanos: por ser el mayor debe dar el ejemplo y a uno se le olvida que sigue siendo niño. Son los papás los que tienen que dar el ejemplo. Lo que sí pueden hacer los papás es mostrarle las ventajas que tiene el ser el mayor y qué beneficios tiene


- Demostrar preferencia por uno de los hijos por parecerse a uno cuando era niño: si el niño es bueno para la pelota, el papá dice !igual que yo cuando era niño!


- Darles todo lo que uno no tuvo durante la infancia


- Tolerar los comportamientos dañinos o destructivos


- Esperar la perfección de los hijos


- Comparar a un niño con otro es muy dañino. Cada niño tiene sus propias características y potencialidades


- Descartar o suprimir el resentimiento o el enojo del niño: hay que dejar que el niño exprese lo que siente

Aciertos

- No caer en las comparaciones ni en el favoritismo


- Incentivar objetivos separados: permite la diferenciación de los hijos y que ellos se planteen sus propios objetivos y que los cumplan


- Estar atento a lo que los niños dicen y no opacar cuando la expresión es negativa


- Buscar el momento oportuno para corregir y encauzar los sentimientos: cuando los niños expresan los sentimientos negativos que tienen hacia el hermano u otra persona hay que esperar el momento adecuado para conversar acerca de esos sentimientos y tomarse el tiempo necesario para hacerlo


- Enseñar modos de expresión: si el niño no tiene el vocabulario adecuado para hacerlo, ponerle uno las palabras exactas de lo que siente: !pena, rabia, vergüenza, etc.


- Darle medios de entretenimiento propios al hermano menor: el menor siempre quiere los juguetes del mayor pero hay que saber respetar los juegos para cada edad y el espacio del mayor


- Convencer a cada hijo que tiene un lugar muy especial en el corazón de sus padres: no sirve de nada decirle a los hijos !te quiero mucho!, !quiero estar contigo para siempre!, si uno no lo acompaña con obras.


- Si a un niño no se le conceden las mismas cosas que a otro mayor darle una explicación clara y a su nivel


- Hacer partícipes a los hijos del cuidado del hermanito: esto significa que colabore con llevar el pañal sucio al basurero, ayude a preparar la mamadera, y no que se encargue del hermano al estar los padres ausentes


- Explicar los beneficios de ser ya mayor y las desventajas de ser bebé: poder salir al supermercado, etc.


- Hacer que los hijos formen equipo


- Recordar juntos anécdotas


- Tomar a uno de los niños y convencerlo de prepararle una sorpresa al otro.


- Establecer reglas generales que se perciban como justas para todos y conversarlas: hora de comer, lavarse, acostarse, etc.


- Tener especial cuidado con las abuelas o nanas que ven a los hermanos mayores como víctimas: !desde que llegó el hermano, la mamá no tiene tiempo para él!. Eso confirma la sospecha que tiene el niño de que la mamá lo está dejando de lado


- Permitir que los niños mantengan objetos que sean exclusivamente de su uso personal: puede darle los juguetes que ya no usa a la bebé y los nuevos son de su uso exclusivo


- Decirles a los hijos que saben cómo se sienten: decirles que tienen pena, rabia, etc.


- Usar la alabanza o el elogio apropiadamente y seguido


- Seguir la regla !todos para uno y uno para todos!: si todos los hijos quieren el mismo juguete para la Navidad, dárselo a todos y no a uno sólo.


- Felicitar a los niños cuando juegan juntos


- Pasar con cada hijo el mayor tiempo posible: ellos miden la cantidad y calidad del tiempo que los padres están con ellos


- Actuar como moderadores en las posibles agresiones que surjan entre los hermanos


- Ayudarlos en hacerse responsables de resolver sus propios problemas


- Planificar y realizar actividades conjuntas con toda la familia


- Darle a cada niño alguna tarea específica en el hogar en la que se sientan cómodo.


CONCLUSIONES

- No podemos evitar los celos, sólo ayudar a que sean menos dolorosos y a no fomentarlos.


- Cada niño debe sentir que es especial para sus papás. Los celos disminuirán con el tiempo si el niño ve que tiene un lugar especial en el afecto de los padres, y que los hermanos lejos de ser una amenaza para su seguridad, llegarán a ser compañeros con quienes compartir, a quienes querer y también capaces de darles amor.


- Las relaciones entre los hermanos nos preparan para una adecuada participación en la sociedad: enseñan a respetar los sentimientos de los demás, a compartir, perdonar y confiar. Cuando los celos no son superados en la niñez, florecen cuando somos adultos.


- La clave está en fomentar en el niño una alta autoestima y auto confianza, que le ayuden a ser autosuficiente y le den una seguridad interna, con la cual nunca se sentirá inferior a sus hermanos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Dia Internacional contra la Violencia hecha a las Mujeres- 25 de Noviembre de 2009

Próximamente se enviará la citación para una Conferencia sobre violencia de género y sobre "identidades juveniles".
Dicha conferencia, a cargo de D.Eduardo Vizcaíno Cruzado,tendrá lugar el próximo miércoles, 25 de Noviembre, a las nueve de la mañana, en la sala de usos múltiples del edificio de Primaria.
El dia 25 de Noviembre es el Dia Internacional contra la Violencia hecha a las mujeres.
Dada la importancia del tema, rogamos asistáis. En principio estaría más orientada hacia la etapa de Secundaria; pero hacemos la invitación extensiva a todos los padres y madres del centro: tod@s tenemos mucho que reflexionar acerca del tema.

jueves, 22 de octubre de 2009

Emilio Calatayud Pérez

Emilio Calatayud Pérez es juez de menores en Granada.En los siguientes vídeos se muestra la opinión de un juez y padre de familia sobre lo que implica tener hijos.


Vídeos interesantes







domingo, 4 de octubre de 2009

Nuevo Curso



Estimados padres y madres:

En el curso escolar que comienza queremos potenciar en el centro la formación dirigida a vosotros. Los recursos que vamos a poner a vuestra disposición para tal fin son:

• La escuela de padres y madres.
• Charlas informativas a lo largo del curso sobre aspectos relacionados con la educación de vuestros hijos/as.

Los padres, como miembros de la comunidad educativa, no tienen sólo el derecho a participar en la educación que se les da a sus hijos, recogido en la legislación vigente, sino también la responsabilidad de colaborar con el trabajo de los docentes en todo aquello que sea beneficioso para su formación.

El marco fundamental para el desarrollo de los hijos/as es su propia familia: los padres son las figuras imprescindibles y el modelo más importante para su educación. En este sentido, lo mejor que se puede hacer por ellos/as es estar preparados, dotados de los conocimientos, habilidades y estrategias educativas que permitan educarlos integralmente como personas.

Por eso nos complace presentaros la Escuela de Padres y Madres en nuestro centro: un verdadero instrumento educativo para todos los padres y madres que pretenden mejorar en la tarea de educar a sus hijos/as.
Vale la pena dedicar tiempo a la formación como padres/madres. Los hijos/as lo agradecerán desde el primer día.

Las sesiones están planteadas para que:
• Se adquieran conocimientos y pautas de comportamiento adecuados para la educación de sus hijos/as.
• Se cree un acercamiento físico y afectivo hacia el Centro.
• Se consiga un mayor apoyo y comprensión a las iniciativas del Centro.

¡Esperamos contar con vuestra presencia!

Un cordial saludo.
EL DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN