miércoles, 11 de noviembre de 2009

REFLEXIONES PARA PADRES

REFLEXIONES PARA PADRES.
ES MUY BONITO ESTE ENLACE.
UN SALUDO
Kety.

EDUCACION INFANTIL PARA PADRES

EDUCACION INFANTIL PARA PADRES.
Vista asi, parece todo mas fácil de lo que realmente es, pero lo cierto es que cuando le dedicamos un ratito a ver, compartir y analizar estas cosas, yo no se vosotros, pero me siento mejor y sobre todo cuando pongo a prueba algunas de estas ideas.
Un saludo.
Kety.

Necesitamos mas jueces con sentido común

Necesitamos más jueces con sentido común
Los padres, al traer a nuestros hijos al mundo, tenemos la obligación de convertirles, en personas que sepan apreciar a los demás por lo que son y luchen , minuto a minuto, por respetarlos


Necesitamos más jueces con sentido común
Es evidente que los padres, primeros responsables de la educación de nuestros hijos, necesitamos toda la ayuda que puedan ofrecernos los centros escolares, la administración educativa y, visto como está el patio, parece ser que también la judicial.

La semana pasada, la Audiencia de Sevilla condenó a la madre de un joven de 14 años a pagar 14.000 euros para la reconstrucción de la dentadura que su hijo rompió a un compañero de instituto. En el juicio la madre alegó que la responsabilidad era del centro educativo por no hacer "labores suficientes de vigilancia" de los alumnos. Pero según la sentencia, la causa es la "incorrecta educación" de los padres que "permiten o no se preocupan de controlar que sus hijos no lleven al centro escolar objetos que puedan resultar en sí mismo peligrosos", además de que "la brutalidad e intensidad" de la agresión evidencian "una falta de inculcación o asimilación de educación y moderación de costumbres en el agresor para la convivencia en valores".

Así pues, la "conducta violenta y excesiva significa que las tareas educativas ejercidas por los padres no han fructificado, bien por la laxitud a la hora de inculcarlas o bien por la tolerancia en corregir sus manifestaciones violentas", afirma la sentencia.

Se dice que el sentido común es el menos común de los sentidos. Es más, podríamos añadir, no es este el caso, que muchas actuaciones judiciales no tienen sentido. Solo hay que ver lo que está pasando en Huelva con el asesino de MariLuz.

Pero menos mal, que existen excepciones que confirman la regla y son un soplo de aire fresco para los que esperamos tener la satisfacción de que la justicia aporte algo al acervo común.
Debe ser por esta razón, que Emilio Calatayud, Magistrado de Menores de Granada, ha saltado a la fama por emitir penas que favorecen una justicia que no sólo vela por los derechos de reinserción del menor, sino que apuesta por la posibilidad de cambio del ser humano.

Según este magistrado, “la sociedad actual ha perdido el norte. Ya que no ha interesado transmitir a los chavales que, además de derechos, también tienen deberes. Y los menores, son menores pero no tontos. Y lo que muchos están haciendo es un abuso de sus derechos y una dejadez de sus deberes”.

De tal manera que el problema fundamental es que muchos de nosotros “hemos pasado de ser esclavos de nuestros padres a ser esclavos de nuestros hijos” y nos hemos dejado en el camino el principio de autoridad que nos recuerda que esa misma autoridad, en este caso Estado-Padres-Profesorado, es la capacidad de orientar y dirigir con un propósito concreto, generalmente bueno, a los menores.

Una autoridad que disponga de atractivo suficiente como para motivar la obediencia y que nos ayude a tomar las decisiones correctas para ayudar a nuestros hijos a madurar . No vaya a tener razón el juez cuando afirma que “nos ha dado miedo hablar de autoridad y decir que no a los hijos porque parece que volvemos a tiempos pasados o al autoritarismo, pero no tiene nada que ver con eso. El principio de autoridad es un elemento fundamental en un estado democrático y de derecho”

Por lo tanto, es evidente que padres, profesores y administración nos estamos olvidando de transmitir cosas tan sencillas como que “los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres y que la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica”, como nos recuerda el Código Civil.

Es más, “los hijos deben obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre, además de, contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella.”

En fin, no estaría mal que recordásemos que “el respeto es algo importante que te enseñan cuando eres pequeño”. Por ello, los padres, al traer a nuestros hijos al mundo, tenemos la obligación de convertirles, como mínimo, en personas que sepan apreciar a los demás por lo que son y luchen , minuto a minuto, por respetarlos, que sean responsables de sus actos y de las consecuencias, a veces lamentables, como es el caso.

Educar en la Infancia

EDUCAR EN LA INFANCIA.

De 4 a 6 años
A medida que los niños se van haciendo mayores, tendrán más capacidad para seguir las pautas y directrices marcadas por lospadres. De esta manera, les encantará poner en práctica su buena educación. Desde las guarderías, y centros infantiles también recibirán numerosas órdenes: hacer turnos, estar callados, lavarse las manos,… que deberán acatar con buenas y correctas normas de conducta.
Habla de ello
En el momento que las habilidades verbales del niño y su nivel de comprensión estén igualados, puedes hablarle del significado y la utilidad de los buenos modales; también le puedes preguntar sobre qué es lo que él considera de buena o mala educación.
Si en esta primera observación, consideras que existe alguna norma que el pequeño es incapaz de cumplir (por ejemplo, se levanta de la mesa antes de terminar de comer), procura hablarlo con él de la manera más natural posible para conseguir llegar a un acuerdo (”mientras acabamos el postre, puedes levantarte y ayudar a recoger la mesa”, por ejemplo).
Enseñar e inculcar los buenos modales a los niños es un proceso paulatino. Deberás ser paciente y ser consciente en todo momento de lo que tu hijo o hija es capaz de hacer dependiendo de su edad.
Sólo así, tu tiempo y tú paciencia se verán recompensados cada vez que diga “gracias” y se limpie con la servilleta antes de beber.
¿Severidad o firmeza? En la educación de los chicos
Les es difícil a muchos padres separar estas dos cosas


¿Severidad o firmeza? En la educación de los chicos
Pregunta que se hacen muchos padres.
Les es difícil a muchos padres separar estas dos cosas.

Aquellos que siempre son severos lo único que logran es crear en el chico rebeldía. Rebeldía que queda oculta en él cuando es chico, pero que al crecer se va manifestando.

La educación se logra siendo firmes en nuestras actitudes. Y en esto de mostrar firmeza en lo que queremos, no nos cansemos de buscar siempre el ser justos. Que nuestra actitud responda a una actitud de justicia.

No es necesaria la severidad. Uno puede rodear la firmeza con dulzura y serenidad. Nunca hay que dejar que florezca el nerviosismo en nosotros.
¡Cuántos son los padres que en un momento de nerviosidad y para que lo dejen tranquilo, dejan que el niño tome malos hábitos!
Y después seguramente sus malas costumbres serán motivo de castigo.

La firmeza previene el tener que actuar con severidad porque impide la aparición de los caprichos.

En los primeros años de vida de todo chico lo que más necesita es el cariño de sus padres y además que le den un espacio para jugar. El chico necesita jugar cuando más chico es.

La gran dificultad del hijo único es que no tiene con quien jugar. Una familia con varios hijos siempre se arman juegos entre ellos. El jugar es de una gran formación en los primeros años. Aún que haya peleas, por supuesto.

Hoy hay la costumbre de mandarlos desde chiquititos a la guardería o escuelas cuando solamente se tienen tres años y eso les hace un gran bien a los chicos.

Aprenden a tener amigos jugando. Y jugando también van aprendiendo cosas.

Yo tengo tres nietos de 3 a 6 años y he vivido en directo el bien que les hace a los chicos las nuevas costumbres de ir a jugar y aprender jugando a la escuela. ¡Hay que ver lo contentos que van a la escuela!

El niño desarrolla una actividad intensa en todos los aspectos de su ser, y así se va desarrollando, así va aprendiendo. Al dar los primeros pasos fue su primera gran aventura. Todo lo que le va sucediendo es una aventura. No nos acordamos, pero todos lo hemos vivido. Todos hemos sido aventureros en los primeros años.

Todo es dificultad: todo es un problema para él. De ahí su alegría cuando aprende a silbar, cuando aprende a decir sus primeras palabras, cuando logra subir una escalera y no le digo nada cuando se la rebusca para bajarla, porque tiene una noción, si ustedes quieren, borrosa de sus dificultades.

Su mundo es un mundo lleno de cosas que se van descubriendo.
Y es importante el aplauso de los adultos. Alabarlos y también hacerse participes de sus logros. De a ratos los mayores debemos volver a nuestra infancia. Nos hace bien y les hace bien. Ellos se alegran cuando los mayores nos metemos en su mundo.

Como padres responsables no podemos pensar que criar es lo mismo que educar. Es verdad que el hijo se lo debe alimentar, vestir, proteger e instruirlo, pero sólo eso no basta.

Hay que educar y formar. Principalmente formar. Formar es enseñarle lo que es bueno y lo que es malo. Lo que está bien y lo que no está bien.

¿Cómo hacerlo entender en la mente de un niño que todavía no tiene un nivel de razonamiento moral?

Jesús, que ha sido el mejor educador que el mundo ha tenido, nos dijo:
Haz a los demás lo que te gustaría que hagan contigo
No hagas a los otros lo que no te gustaría que te hagan a ti

Dos reglas de oro fáciles de entender, también para un chico. Con firmeza y suavidad hay que ir enseñándoles a practicarlas. Si de chicos las practican de grandes las seguirán practicando.

Lo bueno y lo malo existió siempre.
El hombre del mañana será como se haya formado el niño de hoy.

Celos entre hermanos

Celos entre hermanos
• Causas
• Como se manifiestan
• Pautas
• Corrección
• Conclusiones

El sentir celos es una situación natural, que tiende a surgir por sí misma. Los celos infantiles son uno de los problemas más antiguos de la humanidad. No hay que provocarlos. Los celos entre hermanos son un fenómeno natural consecuencia de la rivalidad que se establece entre ellos. ;Se les debe prestar atención cuando alteren la convivencia y sean persistentes.


La rivalidad está potenciada por:

La necesidad de atraer la atención de los padres o de tener más atención que otro u otros hermanos.


La comparación con el hermano y la necesidad de sentirse superior al otro.


El deseo de conseguir más cosas o privilegios que el hermano.

Los padres no pueden evitar los celos de sus hijos, ;ya que éstos dependen directamente de la propia capacidad de tolerancia y compresión de cada niño, de su !manera de ser!.


Lo que si pueden hacer es potenciar una relación sana entre hermanos y reducir discusiones hasta un nivel aceptable.


LAS CAUSAS


Surgen en un afán por tratar de conservar de manera exclusiva todo el afecto de uno o ambos progenitores. El niño quiere todo el afecto para él y no quiere compartirlo con nadie.

Cuando llega un nuevo integrante a la familia, el niño se siente !destronado! por este !intruso! que entra en su casa. Comienza a ver que se le da menos atención y cuidados que antes, que su mamá ya no tiene tanto tiempo para jugar ni estar con él, porque está más ocupada con el bebé o está cansada.

Otra causa importante se produce cuando los niños son más grandes y perciben en los padres ciertos favoritismos hacia algún hermano. Se relacionan mejor con él, hay mayor contacto y en esto influye el carácter que el niño tenga.

Cuando el niño no es visto como una persona con características propias y únicas puede provocar celos en él. Los padres no perciben las diferencias que hay entre los hijos y se refieren a ellos en forma similar y general: !niños a acostarse!, !niños a comer!, !para la Navidad el mismo regalo para todos!.


CÓMO SE MANIFIESTAN

El niño puede imitar conductas del bebé: se hace pis en la cama, pide que le den de comer con biberón, que le pongan pañales… Otros pueden volver a hablar de una forma más infantil, a chuparse el dedo, a exigir que su madre le devuelva su chupete, e incluso su lugar en una sillita de paseo y que le dé de comer a la boca otra vez.

Llama continuamente la atención: tiene rabietas, pataletas, se pelea con otros niños, hace travesuras.

Muestra desprecio hacia el bebé e incluso intenta dañarle. Se vuelven más desobedientes, más rebeldes, y más agresivos al punto de llegar a morder y/o golpear a su nuevo hermanito, quitándole los juguetes u otros objetos, molestándole en cuanto tenga una oportunidad.

Deja de comer, empeora en los estudios, tiene pesadillas.

Otros se vuelven llorones, y se pegan a la falda de la madre en el intento de llamar su atención y de no perderla. Se sienten débiles, cómo si ya nadie se importase con ellos. Se reprimen y se vuelven profundamente tristes.

Se niegan a comer, a jugar con los amigos, se niegan a todo, tomando una actitud rencorosa con sus seres queridos como forma de reprocharles por haber centrado su atención y cariño en el otro hermano.





Son reacciones normales de la crisis que está atravesando. Y no hay mucho que hacer en estos casos. Ni alarmarse por lo que hacen, ni regañarles. Esta es su protesta y hay que comprenderla con paciencia y muchísimo cariño. Sólo se debe prestar atención a los celos cuando alteren la convivencia y sean persistentes.


PAUTAS PARA ACTUAR





Durante el embarazo


Es importante que informen a su hijo sobre lo que va a ocurrir. De esta manera se adaptará a los acontecimientos con mayor facilidad. Es un buen momento para que le cuenten que su madre estará más cansada, qué significa tener un nuevo hermano y sobre todo, que no se le va a dejar de querer porque llegue otro miembro a la familia. El niño les hará preguntas sobre el tema. Esto es algo positivo, ya que sabrán cuáles son sus sentimientos y preocupaciones, y podrán ayudarle a resolver sus dudas. Esto no quiere decir que deban hablar continuamente sobre el tema.





Su hijo se ha de sentir partícipe de lo que está sucediendo; para ello pueden pedirle su opinión a la hora de buscar un nombre, dejarle que sienta las primeras patadas en el vientre de su madre, pedirle ayuda para cuando nazca el bebé.

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Para que no se sienta de lado y lejos de su protagonismo, pida su opinión sobre la habitación del hermanito, sobre los colores, los juguetes que él le dejará, etc. Hay que explicarle que su hermano va a quererle mucho y que él podrá cuidarle y protegerle. Y que además le enseñará muchísimas cosas.


Es necesario, a partir del quinto o sexto mes de embarazo, cuando ya se ve la tripa grande, que tu hijo empiece a comunicarse con su hermano a través del ombligo de la mamá. Pídale que cante su música favorita a su hermanito o que le cuente un cuento antes de dormir.





Cuando mamá está en la maternidad





Le han de explicar que, aunque su madre va a permanecer unos días en el hospital, él va a estar bien atendido y no se le va a abandonar.

Siempre que sea posible, la madre, antes de irse, debe despedirse de su niño. Y pedirle que cuide bien de la casa durante el tiempo que esté ella en el hospital. Conviene asegurar que la persona que le va a cuidar venga a vuestra casa. El niño se sentirá más seguro. No se debe olvidar de explicar al niño los motivos de algunas ausencias, y compartir con él todo lo que esta pasando. Aunque esté en el hospital, llámale por teléfono para preguntar sobre sus actividades. El papel del padre, en estos momentos, debe ser aún más visible. Y cuando sea posible, que el niño vaya a visitar a su madre y a conocer a su hermanito en el hospital. Un detalle importante: si puedes, ;es bueno que lo recibas con un regalo en el hospital, y dile que fue su nuevo hermanito que le ha traído.





Regreso a casa


El momento de la vuelta a casa es el que exige más tacto. Demuestre alegría al volver y encontrar todos juntos otra vez. Demuestre interés y escucha todo lo que el mayor cuente sobre los días que estuvo sin la madre en casa. Hágale saber que ahora la familia será aún más feliz. El niño necesitará de la seguridad y la confianza de sus padres.

Otra cosa es avisar a las visitas para que le presten atención a él y no sólo al recién nacido.


Es importante que no se cambie la rutina del niño tras el nacimiento del hermano. No olvidarse de las costumbres que tenías antes del otro bebé. Si hay que hacer un cambio, se debe hacerlo antes de que nazca el otro bebé. No olvides de jugar con el mayor, de estar en la mesa a la hora de comer, cenar, de prepararle su merienda preferida, de permitirle que se acurruque en tus brazos. Busca que el momento que tenías solo con él no se altere. Por ejemplo, no te olvides del cuento a la hora de dormir,... esas cosas.; Otra cosa importante es planificar las actividades familiares y tener muy en cuenta aquello de "Todos para uno y uno para todos". Que la familia sea un trabajo de equipo.

Es importante reforzarle cuando mantenga una actitud positiva hacia el pequeño; esto potenciará que este comportamiento se repita.




El niño está adquiriendo un nuevo papel en su vida: hermano mayor. Haga que se sienta orgulloso y responsable de este nuevo "puesto" permitiéndole hacer cosas "de mayores" y que se adecuen al mismo tiempo a su edad (por ejemplo, le pueden dejar que coma en la mesa con los adultos, que se acueste un poco más tarde, ....).





Una de las mayores rabietas entre hermanos viene dada cuando el pequeño rompe algún juguete del mayor. Evite esta situación no permitiendo que el bebé coja los juguetes de su hermano, a no ser que éste mismo sea quien se los deje.






Corrección de los Celos

¿Cómo participan los abuelos y demás familiares?

Con la misma estrategia que los padres frente al tema de celos, reafirmará la estrategia y se conseguirá entre todos disminuir la intensidad de los mismos.

NORMAS GENERALES

1) Evitar comparar a lo hijos respecto a sus cualidades o aptitudes, ya que la comparación favorece los celos.





2) No hay que hacer lo mismo para todos, ya que siempre resulta injusto puesto que cada hijo tiene sus propias necesidades.





3) Elogiar las cualidades de cada hijo y animarle a que corrija sus dificultades sin compararlo con los otros.





4) Favorecer que cada uno de ellos realice las actividades que más le gustan, potenciando de esta forma los intereses de cada uno .Aunque lo más cómodo es que hagan las mismas cosas, forzar actividades va en detrimento de su libertad. Cuando los niños han sido capaces de realizar tareas juntos o de jugar amistosamente hay que reforzar estas actitudes gratificándoles.





5) Enseñar a los niños a discutir adecuadamente sus conflictos, escuchando al otro y buscando soluciones a sus problemas, será ideal para que disminuyan los celos y crezcan como personas.

Desaciertos


- Adelantar acontecimientos: cuando va a nacer el hermano uno le dice al niño: !qué rico, vas a tener un hermano para jugar a la pelota!. Pero nace el bebé y el niño ve que lo único que hace es comer dormir y llorar y que le quita a la mamá. Uno ilusiona al niño pero él se desilusiona y se enoja con la mamá y la bebé


- Pedirle al hermano mayor que ceda ante las exigencias de un hermano pequeño: !pásale el juguete porque él es más chico que tú, para qué lo haces llorar!. A uno se le olvida que ese niño sigue siendo niño por mucho que sea el mayor, por lo tanto, le va a costar compartir sus cosas porque pasan muchos años en esta etapa egocéntrica


- Decirle al niño que tiene que querer al otro porque es su hermano: el cariño y amor se da con el tiempo y en forma gradual. No hay que presionarlo a que quiera a su hermano


- Preguntarle al niño continuamente si quiere al hermano: hay que evitarlo porque también es una manera de presionarlo


- Hacer crecer a los niños de golpe porque llegó otro hermano: sacar los pañales de un día para otro, sacarle el chupete y dárselo a la bebé, quitarle la mamadera y darle la leche en vaso De la noche a la mañana estos niños crecieron. Esto se hace gradualmente y anticipándose a la llegada del hermano.

;- Sobre valorar la capacidad afectiva del niño para arreglárselas solo: !ahora haces las tareas sólo, ya eres grande y tú las puedes hacer!.


- Ridiculizar a uno de los hermanos: hay que ser cuidadoso con lo que se dice para no herir al niño. Si los niños se ridiculizan entre ellos lo hacen con un afán de mostrarse mejor que el otro, y los padres tienen que tratar de evitar esas situaciones tratando de hacer ver que cada uno tiene sus potencialidades


- Pedir al mayor que represente el papel de !modelo! para sus hermanos: por ser el mayor debe dar el ejemplo y a uno se le olvida que sigue siendo niño. Son los papás los que tienen que dar el ejemplo. Lo que sí pueden hacer los papás es mostrarle las ventajas que tiene el ser el mayor y qué beneficios tiene


- Demostrar preferencia por uno de los hijos por parecerse a uno cuando era niño: si el niño es bueno para la pelota, el papá dice !igual que yo cuando era niño!


- Darles todo lo que uno no tuvo durante la infancia


- Tolerar los comportamientos dañinos o destructivos


- Esperar la perfección de los hijos


- Comparar a un niño con otro es muy dañino. Cada niño tiene sus propias características y potencialidades


- Descartar o suprimir el resentimiento o el enojo del niño: hay que dejar que el niño exprese lo que siente

Aciertos

- No caer en las comparaciones ni en el favoritismo


- Incentivar objetivos separados: permite la diferenciación de los hijos y que ellos se planteen sus propios objetivos y que los cumplan


- Estar atento a lo que los niños dicen y no opacar cuando la expresión es negativa


- Buscar el momento oportuno para corregir y encauzar los sentimientos: cuando los niños expresan los sentimientos negativos que tienen hacia el hermano u otra persona hay que esperar el momento adecuado para conversar acerca de esos sentimientos y tomarse el tiempo necesario para hacerlo


- Enseñar modos de expresión: si el niño no tiene el vocabulario adecuado para hacerlo, ponerle uno las palabras exactas de lo que siente: !pena, rabia, vergüenza, etc.


- Darle medios de entretenimiento propios al hermano menor: el menor siempre quiere los juguetes del mayor pero hay que saber respetar los juegos para cada edad y el espacio del mayor


- Convencer a cada hijo que tiene un lugar muy especial en el corazón de sus padres: no sirve de nada decirle a los hijos !te quiero mucho!, !quiero estar contigo para siempre!, si uno no lo acompaña con obras.


- Si a un niño no se le conceden las mismas cosas que a otro mayor darle una explicación clara y a su nivel


- Hacer partícipes a los hijos del cuidado del hermanito: esto significa que colabore con llevar el pañal sucio al basurero, ayude a preparar la mamadera, y no que se encargue del hermano al estar los padres ausentes


- Explicar los beneficios de ser ya mayor y las desventajas de ser bebé: poder salir al supermercado, etc.


- Hacer que los hijos formen equipo


- Recordar juntos anécdotas


- Tomar a uno de los niños y convencerlo de prepararle una sorpresa al otro.


- Establecer reglas generales que se perciban como justas para todos y conversarlas: hora de comer, lavarse, acostarse, etc.


- Tener especial cuidado con las abuelas o nanas que ven a los hermanos mayores como víctimas: !desde que llegó el hermano, la mamá no tiene tiempo para él!. Eso confirma la sospecha que tiene el niño de que la mamá lo está dejando de lado


- Permitir que los niños mantengan objetos que sean exclusivamente de su uso personal: puede darle los juguetes que ya no usa a la bebé y los nuevos son de su uso exclusivo


- Decirles a los hijos que saben cómo se sienten: decirles que tienen pena, rabia, etc.


- Usar la alabanza o el elogio apropiadamente y seguido


- Seguir la regla !todos para uno y uno para todos!: si todos los hijos quieren el mismo juguete para la Navidad, dárselo a todos y no a uno sólo.


- Felicitar a los niños cuando juegan juntos


- Pasar con cada hijo el mayor tiempo posible: ellos miden la cantidad y calidad del tiempo que los padres están con ellos


- Actuar como moderadores en las posibles agresiones que surjan entre los hermanos


- Ayudarlos en hacerse responsables de resolver sus propios problemas


- Planificar y realizar actividades conjuntas con toda la familia


- Darle a cada niño alguna tarea específica en el hogar en la que se sientan cómodo.


CONCLUSIONES

- No podemos evitar los celos, sólo ayudar a que sean menos dolorosos y a no fomentarlos.


- Cada niño debe sentir que es especial para sus papás. Los celos disminuirán con el tiempo si el niño ve que tiene un lugar especial en el afecto de los padres, y que los hermanos lejos de ser una amenaza para su seguridad, llegarán a ser compañeros con quienes compartir, a quienes querer y también capaces de darles amor.


- Las relaciones entre los hermanos nos preparan para una adecuada participación en la sociedad: enseñan a respetar los sentimientos de los demás, a compartir, perdonar y confiar. Cuando los celos no son superados en la niñez, florecen cuando somos adultos.


- La clave está en fomentar en el niño una alta autoestima y auto confianza, que le ayuden a ser autosuficiente y le den una seguridad interna, con la cual nunca se sentirá inferior a sus hermanos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Dia Internacional contra la Violencia hecha a las Mujeres- 25 de Noviembre de 2009

Próximamente se enviará la citación para una Conferencia sobre violencia de género y sobre "identidades juveniles".
Dicha conferencia, a cargo de D.Eduardo Vizcaíno Cruzado,tendrá lugar el próximo miércoles, 25 de Noviembre, a las nueve de la mañana, en la sala de usos múltiples del edificio de Primaria.
El dia 25 de Noviembre es el Dia Internacional contra la Violencia hecha a las mujeres.
Dada la importancia del tema, rogamos asistáis. En principio estaría más orientada hacia la etapa de Secundaria; pero hacemos la invitación extensiva a todos los padres y madres del centro: tod@s tenemos mucho que reflexionar acerca del tema.